Dec 7
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Rick Joyner

            Como se dijo la semana pasada, una de las grandes verdades que pueden ayudarnos a mantenernos en el camino de la vida es 1 Timoteo 1:5: "Pero el propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe sincera". En todo, estamos llamados a crecer en el amor, y esto nos ayuda a entender el propósito de nuestras pruebas y desafíos. A medida que aprendemos a abrazar cada oportunidad para amar, podemos superar cada prueba más rápidamente y con mucho más éxito.

            Los dos propósitos principales de nuestra vida son hacer y llegar a ser. Estamos aquí para hacer Su voluntad y para llegar a ser como Él. Debemos mantenerlos en equilibrio. Si nos enfocamos demasiado en lo que debemos hacer, nos orientaremos a las obras. Si nos enfocamos demasiado en lo que debemos llegar a ser, podemos volvernos egocéntricos. Para mantener el equilibrio, debemos estar centrados en Cristo. No estamos llamados a seguir planes o estrategias; estamos llamados a seguirlo a Él.

            El Señor dijo que el final de esta era sería el mayor tiempo de problemas que el mundo haya conocido. También dijo que sería como en “los días de Noé" (ver Lucas 17:26). Noé vivió en los tiempos más oscuros experimentados en la tierra hasta la fecha, tanto que el Señor tuvo que eliminar prácticamente toda la vida en la tierra excepto unos pocos elegidos y empezar de nuevo. Nosotros estamos viviendo una repetición de eso ahora.

            Enoc vivió en los tiempos de Noé antes del diluvio. Él es uno de los grandes ejemplos de cómo debemos caminar para navegar en la creciente oscuridad. Como aprendemos del Libro de Enoc, él estaba consciente de la oscuridad de sus tiempos. Los malignos incluso trataron de utilizarlo, pero fue tan fiel y mantuvo el rumbo que fue trasladado directamente al cielo sin experimentar la muerte. Como lo hizo Enoc es una de las importantes lecciones que debemos aprender para estos tiempos que son tan parecidos a los suyos.

            Enoc logró lo que hizo porque mantuvo su atención más en el Señor que en la oscuridad. Como vemos en las genealogías del Génesis, Adán todavía estaba vivo durante parte de la vida de Enoc. Algunos han especulado que tal vez Enoc habló con Adán sobre lo que era caminar con Dios en el Jardín y se propuso a recapturar esta estrecha relación con Dios. En cualquier caso, uno de los grandes testimonios que tenemos de las Escrituras es que Dios nunca rechaza a nadie que lo busque.

           El Padre desea tanto una relación con nosotros que envió a su Hijo a pagar el precio para reconciliar y restaurar nuestra relación con Él. ¿Qué podríamos hacer mejor que buscarlo?

           En ninguna parte dice que no podemos hacer lo que hizo Enoc. Algunos incluso han especulado que el rapto al final de esta era consistirá en personas que se han consumido tanto con la búsqueda de Él que toda la novia será trasladada como lo hizo Enoc. Eso es posible.

           Sin embargo, ya que fuimos creados para Su placer, no hay nada más importante que podamos hacer que buscarlo y hacer aquellas cosas que lo agradan. También estamos obligados por la verdad de que nos convertimos en lo que contemplamos (ver 2 Corintios 3:18). Asimismo, si nos enfocamos demasiado en la oscuridad, ésta puede transformarnos en su naturaleza. Sin embargo, si mantenemos nuestro enfoque en el Señor, podemos ser cambiados a Su imagen incluso en los tiempos más oscuros.

           También vemos en Isaías 60:1-3 que será en los tiempos de mayor oscuridad cuando la gloria del Señor aparezca sobre Su pueblo. El resultado de esto será que el mundo vendrá a la luz y la luz vencerá a las tinieblas. Como dice el dicho: "No es hasta que oscurece que se ven las estrellas". Tomemos y aprovechemos este impresionante honor y oportunidad de vivir en tales tiempos y decidamos que veremos y revelaremos Su gloria a otros permaneciendo tan cerca de Él como podamos.

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