"Pero la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va aumentando en resplandor hasta que es pleno día.
"El camino de los impíos es como las tinieblas; no saben en qué tropiezan"
(Proverbios 4:18-19).
Hay más profecías bíblicas sobre el final de esta era que sobre cualquier otro tema en las Escrituras, excepto aquellas acerca del Mesías. Muchas de estas profecías describen este tiempo como uno de creciente oscuridad y de problemas que llegan a ser mayores que los que la tierra ha experimentado antes. También describen un tiempo de luz creciente y de la manifestación de la gloria del Señor, que también llegan a ser mayores de lo que el mundo jamás haya experimentado. Tal vez por eso se le llama "el día grande y terrible del Señor" (véase Malaquías 4:5). Será grande para algunos y terrible para otros.
Este estudio nos ayudará a situarnos en el lado "grande" de lo que se está desarrollando. Y así como también declaran estas profecías, tendremos que elegir qué será para nosotros; luz o tinieblas, gloria o problemas. Para ello, debemos fortalecernos en el conocimiento que nos ayudará a identificar y elegir el camino que conduce a la luz y la gloria creciente.
La primera señal obvia de que estamos en "la senda de los justos" o la senda correcta es que experimentaremos la luz en incremento. Si este no es el caso, y estamos experimentando una mayor oscuridad y depresión, sabemos que de alguna manera nos hemos desviado del camino correcto. Nuestro primer paso debe ser entrar en la senda correcta.
Sólo hay un camino correcto, pero una multitud de caminos equivocados. Esto puede parecer complicado, pero en realidad simplifica nuestra capacidad para reconocer la senda correcta y permanecer en ella. Los indicadores son claros cuando estamos en la senda correcta, más no son claros cuando estamos en una senda equivocada. Así como dice el versículo anterior de Proverbios: "El camino de los impíos es como las tinieblas; no saben en qué tropiezan". Si estamos tropezando sin señales claras, no estamos en el camino correcto.
La luz creciente que deberíamos experimentar también hace que nuestro camino sea cada vez más claro, permitiéndonos caminar con mayor audacia y confianza. Esto no implica que el camino de los justos no tenga pruebas y problemas, pero podemos verlos con más claridad y por lo tanto navegar a través de ellos más fácilmente.
La palabra clave aquí es "más fácilmente", lo que significa que no será fácil, pero sí más fácil. En algunos aspectos, el camino correcto en la verdadera vida cristiana, es el más difícil que podamos vivir. En otros aspectos, incluyendo los más importantes, puede ser mucho más fácil que la alternativa. Sin mencionar que la senda de los justos siempre conllevará a una conclusión mucho mejor para toda la eternidad.
Dios nos dio el libre albedrío, porque sin la libertad de elegir, no podría haber verdadera adoración, fidelidad, honra u otros elementos de excelencia moral. Si nos forzaran a adorar, no habría adoración en espíritu y verdad. El Señor quiere que le sirvamos porque queremos, no porque tengamos que hacerlo. La adoración que el Padre busca es de corazón porque la entendemos y estamos de acuerdo con ella, no porque nos obliguen.
Por lo tanto, nuestras decisiones son un factor importante para determinar quiénes somos y lo que realmente creemos. Hay estudios que demuestran que más del 80% de las personas tienen miedo de tomar decisiones, ya que tienen más miedo de tomar la decisión equivocada que de tomar la correcta. La mayoría de las personas sólo quieren que les digan lo que tienen que hacer y lo que tienen que pensar. Son más felices así y pueden alterarse cuando se les obliga a tomar decisiones. Para ellos, la libertad es un reto e incluso una amenaza para su equilibrio personal.
Sin embargo, esta no es la forma en que fuimos creados. Este no es el estado natural de ningún ser humano, y seguramente nos hará apartarnos del camino de la vida. Estamos llamados a "reinar en esta vida", no a que la vida reine sobre nosotros. Si nuestra paz o equilibrio interno consiste en dejar que otros tomen las decisiones importantes que a nosotros nos corresponde, en última instancia nos llevará al fracaso en lo que es más importante en la vida: caminar por la senda de la vida. Cuando llegan los tiempos difíciles y las condiciones externas se tambalean, los que tienen esta mentalidad se convierten en víctimas indefensas, o hacen algo incómodo y contrario a su naturaleza actual: se vuelven decisivos y toman el control de sus vidas.
Aprender a confiar en nuestros propios recursos puede aportar una transformación, una estabilidad y una paz mucho mayor que las que podemos tener cuando dependemos de los demás. Sin embargo, éste no es el nivel más alto que podemos alcanzar. Pasar de ser dependiente a independiente es un salto importante y necesario, pero para alcanzar el nivel más alto, se requiere la interdependencia. Esto comienza cuando nos conectamos y nos relacionamos con nuestro Creador de la forma que fuimos creados, y a través de Él nos relacionamos con otros miembros de Su cuerpo, como fuimos llamados a hacerlo. Este es nuestro supremo llamado y nuestra suprema madurez.
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