El libro de Apocalipsis revela una iglesia ramera que se casa con el espíritu del mundo en lugar de esperar a Cristo como una virgen pura y casta. Como vemos en Apocalipsis 18:4-5, una voz vendrá del cielo, diciendo: "Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados ni recibáis sus plagas; porque sus pecados se han amontonado tan altos como el cielo, y Dios se ha acordado de sus iniquidades."
Nuestra primera deducción de esto es que algunos integrantes del pueblo de Dios están en esta iglesia ramera. La segunda es que viene un tiempo en el que serán llamados a salir antes de su destrucción para que no sufran el mismo juicio. Ya que este llamado a salir aún no ha llegado, sabemos que será uno de los grandes indicadores de que nos acercamos al final de los tiempos.
También sabemos por otras profecías bíblicas que Cristo tendrá una iglesia que es una virgen pura y casta "sin mancha ni arruga" que estará esperando por Él y manteniéndose pura al final de los tiempos. Esta será la mayor señal de todas de que realmente estamos en el final de esta era. Una de las mayores ambiciones que podemos tener en esta vida es ser parte de esta novia de Cristo que Él es tan digno de tener. ¿Pero cómo distinguimos entre la iglesia del mundo que se está construyendo y la iglesia del Señor que Él está construyendo?
Esta es una de las preguntas más importantes que podemos hacer, no sólo para estar informados, sino para que podamos ser parte de la novia de Cristo y no ser seducidos por la iglesia ramera. Cubriremos muchas profecías bíblicas sobre estos tiempos que son importantes de entender, pero ninguna es más importante que las que nos llevan a ser parte de la novia.
Ya que la falsa iglesia todavía tiene mucha gente de Dios en ella, está haciendo muchas buenas obras que tienen la bendición de Dios. Sin embargo, debemos tener en cuenta que Dios bendecirá muchas cosas que Él no habitará. Su verdadera iglesia es Su morada. Debemos tener una visión para procurar algo más grande que sólo tener las bendiciones del Señor. Debemos convertirnos en esa ciudad que Dios está construyendo, donde Él mismo mora.
Esto no es para denigrar de ninguna manera las bendiciones del Señor. Las queremos y las necesitamos, pero también necesitamos tener una visión más elevada que la de ser parte de algo que Él está bendiciendo. Queremos estar donde Él mora en Su presencia manifiesta. Su presencia manifiesta es, de hecho, la señal más grande del fin de la era, como pronto veremos. Para saber dónde mora Dios, no sólo donde bendice, se nos ha dado el registro de las siete moradas de Dios en las Escrituras. Cada una de ellas nos da una idea de cómo será Su morada.
El primer constructor de una morada para Dios en la tierra fue Moisés. El Tabernáculo de Moisés era una réplica de la morada celestial de Dios y es, por lo tanto, la estructura más profética jamás construida. Más adelante en esta serie, profundizaremos en esto con cierto detalle. Pero por ahora, necesitamos ver la importancia de la gente que Dios escogió para construir éstas moradas para revelar a aquellos que Él está usando ahora para construir Su morada, la iglesia.
La conversación entre Dios y Moisés en Éxodo 33:12-16 revela un corazón y una devoción fundamentales, que deben tener aquellos que están siendo utilizados para edificar una morada para Él hoy:
Además, has dicho: 'Te he conocido por tu nombre, y también has hallado gracia ante Mis ojos'. Ahora, pues, te ruego que si he hallado gracia ante Tus ojos, me hagas conocer Tus caminos para que te conozca a Ti, a fin de que encuentre gracia ante Tus ojos. Considera también que esta nación es Tu pueblo.
Y Él le dijo: "Mi presencia irá contigo, y te daré descanso."
Entonces le dijo: "Si Tu presencia no va con nosotros, no nos hagas subir de aquí. Porque, ¿cómo puede saberse entonces que he hallado gracia ante Tus ojos, yo y Tu pueblo? ¿No es porque Tú vas con nosotros, para que nosotros, yo y Tu pueblo, nos distingamos de todos los demás pueblos que están sobre la faz de la tierra?"
En el discurso anterior, lo que Moisés no quiere dejar de lado de ninguna manera es la presencia manifiesta de Dios. Dios está siempre con nosotros, pero hay una gran diferencia entre Su presencia habitual y Su presencia manifiesta. En Su presencia manifiesta están los mayores acontecimientos de la Escritura y de la historia. Los más grandes de todos ellos vendrán al final de esta era, como enseñan claramente las profecías bíblicas.
He pasado cincuenta años visitando y experimentando muchas grandes iglesias y ministerios. He sido testigo de prácticamente todos los milagros bíblicos y he visto multitudes venir al Señor. He tenido visiones, sueños y experiencias proféticas más allá de mis mayores esperanzas o expectativas, y considero todo esto un gran privilegio. Sin embargo, sólo he tenido un puñado de experiencias en la presencia manifiesta del Señor. Estas son mucho más grandes que los mayores milagros, la predicación más ungida, o la adoración más espectacular. Amo todas estas cosas y quiero más de ellas, pero una vez que experimenté Su presencia manifiesta, cualquier cosa menos que eso me deja hambriento.
La presencia manifiesta del Señor es mucho más que sentir la piel de gallina en un servicio o evento. La presencia manifiesta que he experimentado hizo que todos cayéramos de bruces. Nunca he sentido tal temor, gloria o magnificencia del Señor. Incluso ponerse de pie en Su presencia manifiesta se sentía inexplicablemente irrespetuoso. Pero todo esto eran sólo visitaciones. Él no se quedaba. Él está construyendo una iglesia que Él no sólo visitará, sino que también habitará en ella, y Su gloria permanecerá allí. Él está haciendo esto ahora, y nosotros podemos ser parte de ello.
Esto no sucederá en un lugar, o entre una organización o red, sino que sucederá entre algunas de las personas más notables que han caminado en esta tierra, quienes estarán unidos en una obra que está mucho más allá de cualquier organización o administración terrenal. No hay nada más grande que podamos hacer en esta vida que ser parte de esto, y podemos ser parte de esto. ¿Qué cosas mejores tienes que hacer?
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