"La última batalla es la batalla por nuestros propios corazones y mentes. Nunca en la historia ha habido un asalto mental y emocional sobre la humanidad como ahora. A medida que continuamos profundizando en 2 Crónicas 7:14, veremos que es uno de los textos más poderosos de las Escrituras para tratar los asuntos básicos de nuestros corazones y mentes. Obedecer este versículo nos acercará al Señor, que es la respuesta definitiva a todo problema humano. Por supuesto, esto también nos ayudará a ser más útiles para Él en la sanidad de nuestro mundo.
De nuevo, las cuatro exigencias de esta Escritura son: humillarnos, orar, buscar Su rostro y apartarnos de nuestros malos caminos. Nuestra falta de cumplimiento de este versículo es una de las principales razones del trauma que vive nuestro país. A medida que este versículo se despliega ante nosotros con mayor profundidad, veremos que contiene la esencia de nuestro propósito y la respuesta a cada problema humano.
Parece extraño encontrar a alguien que camine en humildad y no trate de exaltarse o promoverse a sí mismo. Es probable que hoy en día se ore más al Padre que en cualquier otro momento de la historia, pero la mayoría de las veces se trata de nosotros en lugar de Sus propósitos. ¿Cuántos buscan verdaderamente Su rostro y se apartan de sus malos caminos? Repetidamente escuchamos, "Dios no dejará que nuestra nación caiga porque estamos haciendo mucho por Él". ¿De verdad? ¿No hemos hecho ilegal el predicar Su palabra o incluso mencionarlo en público? ¿Acaso no permitió que Israel, la única nación que lo representaba en el mundo en ese momento, fuera llevada al cautiverio cuando se apartó de Él? Él es el Todopoderoso. Él puede levantar hasta la nación más pequeña y débil del mundo para hacer Su voluntad. ¿No somos nosotros la nación más arrogante de todas al presumir de ser indispensables para Él?
Jesús dijo que se santificó por nosotros (ver Juan 17:19). Nosotros también debemos santificarnos por causa de aquellos a los que estamos llamados a servir. Por eso debemos ser pacientes y coherentes al dedicarnos por completo a cumplir el llamamiento de 2 Crónicas 7:14. En éste, encontraremos no sólo nuestra vocación, sino también un poderoso estilo de vida que puede transformar nuestras vidas posiblemente más que cualquier otra cosa. La vida más poderosa que podemos vivir es aquella que es totalmente obediente al Señor. Él es nuestro Señor sólo en la medida en que le obedecemos. Y cuando le obedecemos plenamente, el poder y el propósito de Su reino se revelarán a través de nosotros.
Muchos conocen los cuatro elementos de 2 Crónicas 7:14, pero ¿cuántos les prestan atención? Conocer la verdad y no obedecerla trae juicio sobre nosotros. Así que usemos nuestro alto llamado como sacerdotes del Señor para humillarnos, no sólo para conocer estas verdades, sino para conocerlas tan profundamente que las cumplamos.
La verdadera humildad es una de las características más atractivas que puede tener una persona. En Filipenses 2:3 se nos ordena estimar a los demás más que a nosotros mismos. Si nos humillamos, Dios promete exaltarnos y darnos gracia, lo que nos habilita para permanecer en Él. Este ámbito o condición de permanecer en Él está por encima de cualquier condición o problema en la tierra. Caminar en Su gracia es caminar como Él lo hizo cuando caminó en la tierra.
Jesús fue el Creador, como vemos en el Evangelio de Juan, la carta de Pablo a los Colosenses, y otros lugares. Él es el Rey sobre todos los reyes que se sienta en el trono más alto junto al Padre. Sin embargo, es "manso y humilde de corazón" (ver Mateo 11:29). El Más Alto es también el más humilde. Moisés, el mayor profeta del Antiguo Pacto, también fue descrito como el hombre más humilde sobre la faz de la tierra (ver Números 12:3). La humildad es una característica obvia de la verdadera madurez espiritual. ¿Estamos creciendo en esto, o seguimos siendo "todavía carnales"?
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