Nov 17
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Rick Joyner

       

         Si miramos la historia de la humanidad desde la perspectiva cristiana, es más que una simple travesía; es una aventura magnífica. Como la mayoría de las aventuras, ha habido reveses, fracasos y peligros en todas partes, junto con avances y victorias. Debido a que el final de la historia ya ha sido escrito, sabemos que una victoria final y gloriosa de nuestra lucha actual es segura y cercana. Entonces habrá sanidad por cada mala acción cometida y el futuro de la humanidad será aún más brillante de lo que podemos imaginar. 

         Sin embargo, en nuestro tiempo la oscuridad se cierne cada vez más y nuestra perdición final parece probable. ¿No son así casi todas las historias de aventuras jamás escritas? Cuando la perdición parece inevitable, la victoria final se acerca. El hecho de que este guión esté en prácticamente todas las historias de aventuras jamás escritas indica que esto está escrito en nuestros corazones, porque es la verdad, una promesa de nuestro Dios quien no puede mentir. 

         El apóstol Pablo escribió en Filipenses 1:6 que Dios, quien comenzó la buena obra en nosotros, la completará. Se cumplirá todo aquello por lo cual creó a la humanidad y la tierra. ¡La mayor promesa de todas es que Dios mismo vendrá a morar en la tierra entre los hombres! (ver Apocalipsis 21:3). Sin embargo, como en la mayoría de las historias de aventuras, la batalla más grande de todas llega al final, justo antes de esta gloriosa conclusión. 

         El punto es que nunca debemos perder nuestra fe en la victoria final de la verdad sobre cada mentira, de la luz sobre las tinieblas. Muchos han peleado en esta “buena batalla” desde el principio. Es posible que a veces hayan tropezado, fallado y caído, pero también siguieron levantándose y luchando. Es por esta razón también que buscamos obedecer el mandamiento de “honrar a vuestros padres y madres” (ver Éxodo 20:12), defendiendo y preservando la verdad acerca de ellos. Honramos nuestra herencia luchando por la verdad sobre ella y no permitiendo que aquellos con malas intenciones la distorsionen o corrompan. 

         Debido a que amamos la verdad, también debemos luchar para preservar la verdad sobre los fracasos y errores de nuestros predecesores. Esto no es de ninguna manera deshonrarlos, ni pensar que somos mejores que ellos, sino con humildad, considerando nuestras propias debilidades y fracasos, sabiendo que seguiremos cometiendo los mismos errores que los que nos precedieron si no aprendemos de los suyos. 

         Desde que comenzamos a publicar estos Resúmenes Históricos para recordar y honrar a nuestros padres y madres, así como la gran herencia que tenemos, la “cultura del bloqueo” se ha elevado a un nivel sin precedentes al deshonrarlos y menospreciar nuestra herencia. Si permitimos que esto suceda, entonces habremos descuidado y fallado en uno de nuestros llamamientos más básicos como cristianos de defender la verdad. No podemos quedarnos al margen mientras prevalece el mal. Dios promete Su favor a aquellos que lo defienden y Su verdad, y el favor de Dios vale mucho más que la aprobación de los hombres. 

         Como se ha dicho, "Todo lo que se necesita para que el mal tenga éxito es que los hombres buenos no hagan nada". Como dijo una de las más grandes luces cristianas para enfrentar los males de los nazis, Dietrich Bonhoeffer: “No hablar es hablar. No hacer nada es hacer algo". No habrá neutralidad en la batalla final entre el bien y el mal, por lo que debemos decidir ahora que no guardaremos silencio y haremos algo. ¿Entonces, qué podemos hacer?

         Primero, debemos decidir que viviremos por fe en Dios y Su verdad para prevalecer. Por esta razón, no seremos controlados por el miedo, sino por la fe en Él. Hacemos esto defendiendo la verdad y oponiéndonos a la mentira y el engaño. La fe es lo opuesto al miedo, y el miedo conduce a la cobardía. Como vemos en Apocalipsis 21:8, los cobardes son los primeros en ser arrojados al lago de fuego, incluso antes que los asesinos, hechiceros, idólatras e inmorales. No hay lugar en el cristianismo para la cobardía.

         Una preocupación de muchos que estudian las profecías bíblicas del fin de esta era es acerca de "la marca de la bestia". Esta es una marca que el maligno quiere que todos reciban si van a querer “comprar, vender o comerciar” en el corto tiempo en que el mal está prevaleciendo antes de que venga el Señor y Su reino. Durante siglos, los cristianos han tratado de percibir la forma en que vendría esta marca para que supieran no tomarla, pero con esto no captan el punto clave. El pecado no es recibir la marca, sino adorar a la bestia. La marca es sólo una prueba de que esto es lo que uno ha hecho. 

         ¿Cómo adoramos a la bestia? Lo obedecemos. Como se nos dice en Romanos 6:16: "somos esclavos de aquel a quien obedecemos". Como está escrito, los que tomen esta marca son arrojados al lago de fuego con la bestia cuando venga el Señor. Lo que nos impedirá tomar esta marca es más que sólo saber en qué forma vendrá, sino más bien vivir con el valor de que la verdadera fe en Dios siempre será demostrada por aquella fe que preferiría morir a esta vida, antes que comprometer nuestra confianza en Dios al inclinarnos ante cualquier otro. 

         Nuestros padres y madres Americanos, desde los fundadores de nuestra República hasta el presente, pueden haber cometido muchos errores y tener muchos defectos, pero una cosa como nación que no nos ha faltado es el coraje. Fue el coraje para enfrentarnos a adversidades imposibles lo que fundó nuestro país, y desde entonces ha enfrentado todas las amenazas a nuestra existencia, y esto ahora será requerido de nosotros. Ahora es nuestro momento. El valor es nuestra herencia Americana. ¿Lo conservaremos?

         Sin embargo, se necesita más que coraje para defender la verdad; se necesita discernimiento para conocer la verdad. Charles Spurgeon dijo una vez que podía encontrar diez hombres que morirían por la Biblia por cada uno que la leyera. A medida que avanzamos hacia estos tiempos, debemos tener presente lo que tanto Jesús como los apóstoles dijeron que sería un sello distintivo de estos tiempos: el engaño. ¿De qué nos servirá morir valientemente por la mentira, por la agenda del maligno? 

         Si amamos la verdad, debemos desechar las búsquedas frívolas y las distracciones que desperdician nuestra vida y nuestro tiempo para buscar la verdad hasta encontrarla. La capacidad de reconocer la verdad es el resultado de amar la verdad con una devoción constante para buscarla hasta que la hayamos encontrado. Dios prometió que si buscamos, hallaremos. Por lo tanto, si nos engañan, es evidencia de que no nos importó lo suficiente como para buscarla. 

         Entonces, el juicio de los cobardes y los engañados es justo. “El siguiente paso” para nosotros es determinar hoy que viviremos con valentía, amaremos la verdad para buscarla y que no nos daremos por vencidos hasta que la encontremos. Hoy, si has escuchado Su voz, decide qué responderás porque el mañana no está prometido para ninguno de nosotros. 

         Cuídense, hermanos, de que no haya en ninguno de ustedes un corazón malvado e incrédulo que se aparte del Dios viviente.

         Pero anímense los unos a los otros día tras día, mientras todavía se llame "Hoy", para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado. 

         Porque somos hechos partícipes de Cristo, si mantenemos firme hasta el fin el principio de nuestra seguridad,

...mientras se dice: "Si oyéreis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones..." (Hebreos 3:12-15).

         La resistencia a la tiranía se convierte en el deber cristiano y social de cada individuo ... Continúa firme y, con el debido sentido de tu dependencia de Dios, defiende con nobleza aquellos derechos que el cielo dio y que ningún hombre debe arrebatarnos. ~ John Hancock 

        La rebelión a los tiranos es obediencia a Dios. ~Thomas Jefferson

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