La historia Americana es notable debido a las personas extraordinarias que la moldearon. A diferencia de la mayoría de las otras historias nacionales, casi todos los que ayudaron a construir y dar forma a la nación Americana eran "plebeyos", o de la gente común, pero vivieron vidas poco comunes. Uno de los primeros de éstos fue William Bradford, quien pudo haber sido la persona más responsable de establecer el rumbo que tomaría América.
William Bradford se convirtió en líder de la segunda colonia inglesa en Norteamérica en Plymouth Rock. Podría ser llamado el primero en ser Padre Fundador de la República Americana. Los padres engendran su ADN para las generaciones futuras, y el ADN de la República Americana tiene abundantes pruebas de la extraordinaria influencia de este hombre.
Bradford nació en 1590 en Inglaterra. Antes de su adolescencia, asistió a un servicio religioso del movimiento separatista. Esta fue una rama radical del movimiento puritano que abogaba por la separación completa de la Iglesia de Inglaterra. Esto condujo a una persecución que provocó que muchos en el movimiento huyeran a Holanda, donde encontraron más tolerancia por su fe. Después de pasar más de una década con este grupo, Bradford se convirtió en una figura destacada del movimiento.
Cuando la persecución comenzó a acercarse a los Puritanos en Holanda, Bradford navegó en el Mayflower hacia el nuevo mundo con aquellos que fueron elegidos para ayudar a establecer una segunda colonia Inglesa. Se suponía que llegarían cerca de la colonia en Jamestown en Virginia, pero el Mayflower se desvió de su curso por las tormentas y atracaron cerca de lo que hoy es Cape Cod, Massachusetts. Sabían que habían atracado más allá del dominio asignado a The Virginia Company que les había otorgado sus estatutos y, por lo tanto, estaban más allá de su jurisdicción legal. Sabían que tenían que tener alguna forma de gobierno y leyes o caerían en el caos. Para remediar esto, decidieron unirse para acordar una base para gobernar la colonia. Esto llevó a la redacción de uno de los documentos más importantes en la historia.
Los ciento dos colonos del Mayflower eran todos considerados "plebeyos" con la excepción de un noble. Estos incluían comerciantes, artesanos, sirvientes contratados y cerca de treinta adultos jóvenes y huérfanos. La mayoría eran cristianos, cuarenta y uno eran puritanos, pero el resto no estaba fuertemente afiliados ni a los puritanos ni a la Iglesia de Inglaterra. Juntos redactaron lo que se conoció como The Mayflower Compact, el primer estatuto escrito para el autogobierno en el nuevo mundo y el precursor de nuestra Constitución.
Este simple documento nació de una unidad encontrada por este grupo diverso en su nueva tierra que traería nuevos desafíos. Nuestros documentos fundacionales, la Declaración de Independencia, la Constitución y la Declaración de Derechos, la base de nuestro gobierno, tienen el mismo sello de simplicidad, claridad y eficacia que The Mayflower Compact. No se sabe quién fue el autor de este asombroso documento, pero los historiadores están convencidos de que al menos estuvo fuertemente influenciado por William Bradford. Es muy parecido a su naturaleza básica: simple, claro, directo, justo y considerado con el bienestar de todos.
Bradford fue elegido gobernador de la colonia después del primer año y, a partir de entonces, fue reelegido cada año durante treinta de los siguientes treinta y un años. Por ello, también fue el principal responsable de la promulgación de este acuerdo en la colonia.
Otras características utilizadas para describir a Bradford eran que era amable, accesible, generoso y tolerante con quienes no estaban de acuerdo con él. También fue un hombre de visión, iniciativa y determinación. Todo esto surgió de su profunda devoción a Dios y a las Escrituras que estudiaba continuamente y alrededor de las cuales giraba su vida.
A pesar de toda la piedad de Bradford, siempre fue tolerante con aquellos que no compartían su fe y estaba profundamente comprometido con la libertad religiosa, incluida la libertad de no ser religioso. Esto fue notable después de toda la intolerancia religiosa que había sufrido durante la mayor parte de su vida. En lugar de volverse amargado o reaccionario, se dedicó a ser de “un espíritu diferente” que demostraba el amor y la misericordia de Dios.
América estaba destinada a ser un lugar donde se respetaran las diferencias, se pudieran compartir abiertamente, y quienes las respetaran fueran tratados con respeto y cortesía, siempre que no fueran sediciosos ni amenazaran la paz y el orden. Junto con este espíritu tolerante hacia las diferentes creencias, de vez en cuando, surgirían dentro de los puritanos aquellos que eran dominantes y controladores en su liderazgo. Como enseñó Jesús, la cizaña se sembraría entre el trigo y se les debe permitir que crezcan juntos. Sin embargo, Él prometió que al final de la era la cizaña se juntará en manojos y luego se destruirá, lo que parece estar sucediendo ahora.
Dado que el Mayflower Compact fue una semilla que se convertiría en la Constitución y la Declaración de Derechos, estos documentos también serían sorprendentemente simples y breves, pero capaces de proteger nuestra libertad y mantener a la joven nación en curso durante siglos. Por su simplicidad y brevedad para lograr tanto, éstos siguen siendo algunos de los documentos más notables jamás compuestos.
Como advierte la Escritura: "Pero me temo que, como la serpiente engañó a Eva con su astucia, sus mentes se desvíen de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo" (II Corintios 11:3). Parece que las crisis y problemas que enfrentamos ahora con nuestro gobierno han sido el resultado de apartarse de la sencillez de nuestros documentos fundacionales por parte de aquellos cuya tendencia es complicar el gobierno y microgestionar a la gente en lugar de confiarles libertad.
Considere esto: la Constitución de los Estados Unidos tiene sólo 7,818 palabras, incluidas todas las enmiendas. Se trata de unas cincuenta páginas en una fuente de tamaño normal. Ahora, considere que la reglamentación sobre la venta de repollo se estima en unas doscientas páginas, y el Código de Reglamentos Federales que se publica anualmente ha superado las doscientas mil páginas. Volver a un lenguaje claro y conciso en lugar de la jerga legal y las galimatías burocráticas que ha comenzado a asfixiar nuestras vidas es obviamente un paso importante para regresar a la libertad con la que fuimos dotados como nación.
De poco le servirá al pueblo que las leyes sean hechas por hombres de su propia elección, si las leyes son tan voluminosas que no se pueden leer, o tan incoherentes que no se pueden entender; si son derogadas o revisadas antes de su promulgación, o sufren cambios tan incesantes que nadie, que sepa cuál es la ley hoy, puede adivinar cuál será mañana. -Alexander Hamilton
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